jueves, 19 de agosto de 2010

Amarillo: El Valor de los Rayos del Sol

Después de meses de espera, de contar las semanas, los días por fin llegó el verano, y con él todo aquello que con impaciencia espero año tras año. Aún no puedo creer que haya gente que lo considere monótono o improductivo ya que antes de lo que acaban un suspiro otro verano pasa y comienza de nuevo la eterna y tortuosa cuenta atrás.

Sólo un par de meses que se nos escapan sin que nos demos cuenta, en los que cientos de planes surgen de los cuales sólo unos pocos podemos llevar a cabo.

Algunos de esos planes se repiten año tras año y en vez de perder su valor lo aumentan con creces ya que siempre hay nuevas historias que crear y problemas nuevos con los que lidiar que nos ofrecen la oportunidad de madurar y reinventarnos.

Este verano en parte es diferente a los demás, ya no es el típico que separa dos cursos, para mí este verano es el punte entre el último curso y el resto de mi vida, pero no por ello lo estoy viviendo de diferente manera.

Yo adoro el verano, los rayos de sol que entran por las antiguas contraventanas de una casa de pueblo, mientras el único ruido que oyes es el de montones de pájaros cantando a la vez, como si te invitaran a despertarte advirtiéndote de la de cientos de cosas que te estás perdiendo mientras duermes.

El sol es un fiel compañero que nos acompaña todo el día, si pensamos posiblemente hayamos vivido nuestros mejores momentos en compañía del sol, que sería de esas irrepetibles noches si no acabasen con un bonito amanecer en el que siempre alguien comenta “Vaya, otro día que llegamos de día…”es entonces cuando el sol está despertando preparado para aguantar largos vermouths, eternas sobremesas que se convierten en tardes de piscina, peña o cañas ¿y que mejor para despedir al sol que una barbacoa con unas copas de postre? El plan perfecto que cualquiera elegiría…

Cientos de veces nos hemos sentado a observar como el sol viene o se va, no se el resto de las personas pero yo no sabría decidir cuál ha sido mi mejor amanecer o mi mejor anochecer, ya que he vivido demasiados, pero seguro que serían alguno de los que he contemplado desde un pequeño tejado.

Dentro de poco llegará San Antolín algo fantástico para todo los palentinos, pero con él como cada año llega el principio del fin…entonces otra larga espera comienza. Dentro de poco deberemos “echar el tranco” a nuestra puerta y volver a encerrarnos esperando entre suspiros que el verano llegue pronto para que el sol nos vuelva a iluminar.

2 comentarios:

  1. Una barbacoa con unas copas de postre, siempre el plan perfecto!!! Muy buena entrada, como siempre!!!

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  2. Una vez acabas de estudiar es cuando empiezas a verlo de todos los colores: cuando no trabajas, negro y cuando trabajas, según el día que tengas. Lo que siempre ocurre es que, al final, el verano acaba llegando cada año.
    ¡Que no falte ánimo!

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